jueves, 13 de agosto de 2009

Actitud del académico hacia la promoción de la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante Universitario

En teoría, el servicio comunitario se entiende como la participación de todos los miembros de una comunidad en la toma de decisiones que le competen y que de una u otra forma la afectan o benefician. Entre las decisiones que se pueden llegar a tomar se encuentra la elección, planificación, implementación, supervisión y control de proyectos que se dirijan al desarrollo, integral, económico y social de la comunidad.

Hoy en día esta conceptualización del servicio comunitario es sólo un aspecto ideológico, ya que permanece en el buen pensar o positivismo de las personas pero no se materializa a fin de obtener un beneficio académico o intelectual para los estudiantes ni un provecho para la comunidad en la cuál se implementa. Las instituciones tanto públicas como privadas, así como las entidades del Estado creen que con realizar trabajos, construir carreteras, acueductos o simplemente regalar suministros en forma de caridad, ya están participando socialmente; este es el mismo caso de los estudiantes que sólo lo ven como un requisito más para obtener un título académico y/o universitario.

A pesar de todas estas fugas de conocimientos y desaprovechamiento de los mismos y las capacidades de los estudiantes para la implementación o planteamiento de planes de desarrollo que realmente ayuden al desarrollo de la comunidad; se puede decir que las instituciones que desarrollan un servicio comunitario como parte de las actividades de sus estudiantes, están a tiempo de implementar un proceso de integración gradual de la acción social con la vida académica de la institución, transformando de esta forma, el servicio comunitario en aprendizaje de alto nivel y un servicio comunitario de alta calidad.
Pero esto no se va a lograr por si solo, se necesita primero de motivar a los académicos de forma de que participen más activamente en sus áreas de estudio (y no sólo presenciando o realizando charlas, exposiciones y debates) y sirvan de agentes motivadores o inspiración a los estudiantes, para que realicen un buen proyecto de aprendizaje y servicio comunitario; de acuerdo con esto, primero se debe realizar un diagnóstico de las necesidades comunitarias, de forma de tener un amplio conocimiento de cuáles de esas demandas están al alcance de los estudiantes o del ente educativo o bien, que pueden o deben ser satisfechas desde una actividad educativa, y luego elaborar el plan, junto con los miembros de la comunidad, bien sea aportando ideas o buscando el apoyo o recursos necesarios para su implementación.

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